lunes, 25 de julio de 2011

La Biblia, el Quijote y la Guia T




Que gran título ese. Exagerado, pero grande igual. La verdad es que en mi apartamento aqui en Buenos Aires no hay ni una Biblia ni una copia del Quijote... Pero sí hay tres Guias T y vivimos sólo dos personas. Siempre dejamos una para el visitante de turno. Todo aquel que haya venido a visitarme se ha tenido que medio acostumbrar al bendito librito. Pero en esta entrada trataremos de explicarle a todos aquellos que no saben, de que se trata la famosa Guia T.

Oh Guía T, ¿por dónde comenzar? Bueno, lo mejor es describirla como un librito con todos los mapas de la ciudad de Buenos Aires. Pero en realidad es más que eso. Es capaz de responder la eterna pregunta que tanto turistas como no turistas siempre se harán en una ciudad tan monstruosamente grande como esta: "¿cómo demonios llego a tal sitio?". Vayamos al cómo se usa.


La página derecha contiene planos de la ciudad entera dividida en grillas. La izquierda contiene las mismas grillas pero con un listado de los colectivos que pasan por esas calles en particular. Con esto te puedes mover en la ciudad sin mucho problema. Sí, amigo caraqueño, yo se que es difícil de creer. Pero es que tu estás acostumbrado a una ciudad en la que los autobuses no se rigen bajo ninguna ley, se paran donde les da la gana y en la que uno tiene que haber nacido allá para entender las rutas que toman. La primera semana que yo estuve en Buenos Aires casi me arrolla un colectivo por haberme parado con medio cuerpo en la calle pensando que se iba a parar a pesar de estar a una cuadra de la parada oficial. No sólo eso, sino que el colectivero cuando me pasó a un lado me vio con cara regañona de reproche como la que ponía la mamá de uno cuando uno le traía un examen raspado a casa.

Adicionalmente vale acotar que los colectivos son limpios, rara vez se dañan y circulan las 24 horas del día. Son baratos, huelen rico, salvan vidas y ayudan a la paz mundial. Son confiables, agradables a la vista y van igual de bien con vinos tintos que con blancos. Todo eso es el sistema de colectivos de Buenos Aires. Especialmente notable es el factor 24 horas. Cuando vengas a Buenos Aires podrás regresar a las 4 y 30 de la mañana todo borracho y desorientado a donde sea que te estés quedando. Ehm, no es que a mi eso me haya pasado, pero he escuchado cuentos. Sí, eso no suena como una excusa...

El otro tema con lo de los colectivos es lo de las monedas. En una de las primeras entradas en la historia de este blog dejé en evidencia mi descontento con la situación de las monedas. Aquí pueden tener acceso a eso: http://buenosairesinfiltrado.blogspot.com/2009/05/hablemos-un-poco-de-monedas.html . Eso ha cambiado un poco con la instalación de maquinas en los colectivos que funcionan con sólo pasar por su superficie una tarjeta llamada Monedero. Aún existen también las máquinas de monedas para los que disfrutan más bien viajar tipo "old school" pero yo sinceramente espero que muy pronto las monedas queden para lo que siempre han servido: para quedar amontonadas en alguna envasito feo en la mesita de la sala.

Antes de despedirme los invito a dejar sus comentarios en el blog si desean. Sus sugerencias son muy bien aceptadas siempre y cuando sean buenas... No mentira, las malas también. Hablamos pronto.

Pedro, el infiltrado







jueves, 21 de julio de 2011

La semifinal en la sala de Ricardo


En lo que iba de la Copa me había tocado ver los partidos de la vinotinto en todo tipo de lugares. En orden cronológico:


* El Venezuela - Brasil lo vi en el estadio de La Plata. Considerando que los demás partidos de Venezuela eran en Salta a más de 20 horas en autobús desde Buenos Aires, este fue el único partido al que pude asistir.
* El Venezuela - Ecuador me tocó verlo con un amigo en un bar en Paraná, una ciudad cercana a Santa Fe, a donde viajé a ver un partido de Colombia. ¿Que por qué viaje a ver a Colombia y no me digné a ver a la vinotinto? Distancia entre Buenos Aires y Sante Fe: 478 km. Distancia entre Buenos Aires y Salta: 1510 km. Todo está dicho.
* El Venezuela - Paraguay (Round 1) me tocó verlo en la comodidad de mi sala, con un grupo de amigos. Teniendo en cuenta las pasiones que se vivieron en ese encuentro quizás lo mejor hubiese sido verlo en otro sitio. Tumbé una copa de vino luego del, ya legendario, cabezazo de Renny.
* El Venezuela - Chile me tocó verlo en una estación de servicios en la ciudad de La Plata. Como había comprado entradas para cuartos de final con la esperanza de ver a la vinotinto y lamentablemente no quedaron primeros en su grupo, me tocó ver el Brasil - Paraguay en el estadio y luego salir a buscar como un loco un sitio con televisor para poder ver a mi selección. El único sitio que encontré (y que encontraron unos nueve venezolanos más en mi misma situación) fue el cafecito de una estación de servicios. Luego de los 90 minutos estábamos todos brincando como si fuésemos amigos de siempre, felices por el pase a semifinales.


Para la semifinal quise vivir algo que aún no había podido vivir en esta Copa: ver un partido de la selección con un grupo grande de amigos venezolanos. Es decir, amigos que conociese por más de dos horas por lo menos, no como los de la gasolinera. Y así fue, asistí a casa de Ricardo, que se había convertido durante la Copa en la cueva del fanático vinotinto, el recinto de venezolanidad exacerbada por excelencia en Buenos Aires.


Su sala, es de 6 x 3, aproximadamente. Su televisor no sobrepasa las 22 pulgadas. No son exactamente las condiciones ideales para reunirse a ver el partido. Pero no fue limitante para meter a 25 personas ahí confinadas, inspiradas por un mismo deseo de apoyar al equipo en su segundo encuentro contra Paraguay. Sentado en el piso con un vaso de cerveza entre mis piernas y un incesante griterío en mis oídos, imaginé que este ambiente sin duda alguna se estaría repitiendo en miles de hogares venezolanos, en espacios de todo tipo, desde plazas hasta cafés, pasando por salas aún más pequeñas que esta. Esa sensación me acompañó durante todo el partido. Cuando escuchamos el himno, cuando gritamos el gol anulado. Me sentía parte de algo mucho más grande que la sala de casa de Ricardo. Cuando Renny hacía una parada coreabamos sin cesar su nombre. Cuando el arbitro pitaba falta lo insultábamos con una retahíla de fuertes improperios a todo pulmón, como si supiésemos que él los estaba escuchando, que le dolían. La sala estaba llena de personajes, desde aquellos expertos en fútbol que analizaban cada movida de Farías, cada posición adelantada, hasta aquellos más alejados del televisor que le preguntaban a los de más adelante a quién habían puesto en el lugar del suspendido Tomás Rincón; desde los que pedían, sin suerte alguna, que el grupo bajase un poco los decibeles, hasta el fanático beisbolero que gritaba “¡un hit!” de forma irónica cada vez que Venezuela atacaba. Fuera del estadio, dudo existiese un lugar más alegre que esta sala durante la semifinal.


En mediotiempo pusimos salsa. Dimensión Latina para ser más preciso. Al finalizar tiempo regular sonó joropo en las cornetas. Hacia el final del complementario le estábamos dando a capella, con una versión libre y valentonada de “Venezuela, Venezuela, bandera venezolana”. El piso para ese entonces era un desastre, lleno de cervezas regadas y un coleto que rodaba de mano en mano. Pero poco importó para el momento de los penales. Al igual que los jugadores de la selección nos abrazamos de rodillas, rezando cada uno a su manera porque Renny bloquease algún disparo, porque un paraguayo botase un chute, porque Maldonado, Arango y el rejuvenecido Rey hicieran lo suyo. El silencio suplantó la algarabía luego del penal fallido de Lucena, la angustia nos sobrecogió al llegar el último cobro. Golazo. 5 a 3 a favor de Paraguay. El televisor se apaga. Algunos se levantan y salen a la terraza. Uno llora en el piso mientras varios lo consuelan. Muchos, incluyéndome, racionalizamos la situación. “Merecimos ganar, jugamos mucho mejor”. Nadie quiere pensar en el tercer lugar. La tristeza reina.


Si este fue un fiel reflejo de todos los lugares donde se vivió el encuentro de semifinal entre Venezuela y Paraguay, uno pensaría que cabe decir que fue un día muy triste para ser fanático de la vinotinto. Pero todos sabemos que eso no es verdad. El hecho de que nos duela significa que nos importa, que sabíamos que estábamos para más pero fallamos por muy poco. El día siguiente, luego de aliviarse el dolor y llegado el momento de recoger los vidrios, entendí que la Copa no es un final, sino el primer paso hacia la meta que cada vez se ve más alcanzable: llegar al mundial. Con suerte, el día que eso pase, los que estábamos en la sala de Ricardo y en todos los hogares venezolanos ese 20 de julio contra Paraguay, recordaremos esto como una lección que valía la pena aprender a tiempo. Una lección y nada más.


Pedro, el infiltrado

domingo, 17 de julio de 2011

10 razones para amar a esta selección vinotinto


Para todos aquellos que viven en una cueva o no tienen ni televisor ni radio ni internet ni celular ni amigos... Les informo que la selección de Venezuela es, por primera vez en su historia, semifinalista de la Copa América, en su edición 2011 aquí en Argentina. Sí, así mismo como escuchan. Bueno, supongo que si no tienen ni siquiera Internet no pueden ni revisar este blog, pero bueno... Si estás leyendo esto y tienes un amigo que cumpla esas condiciones que dije ahorita, infórmale por favor.

Ha llegado entonces el momento de reflexionar un poco, sin perder en ningún momento la visión del futuro inmediato que incluye un duro partido en contra de Paraguay este miércoles y un posible pase a la final de la Copa, a jugarse aquí en Buenos Aires, en donde Pedro Camacho, este humilde servidor, esperaría encontrar (o más bien parir) entradas. O, como bien plantea el blog, infiltrarse. Una de dos.

La selección en pocas palabras despierta amor. Amor del puro y bueno. ¿Por qué? Me huele a que se vienen diez razones...


10) Por Renny. El venezolano que diga que no siente un temor estremecedor cada vez que un balón llega a Renny, está mintiendo. Pero este temor se ha reducido en cantidades gigantes en esta Copa. Renny se ha convertido en un portero, vale decir, confiable. Espndeportes sacó un equipo ideal de la primera ronda y puso a Renny detrás de Sergio Romero, el de argentina, en la portería, diciendo que Renny "se ganó el puesto en esta selección con su estilo osado, su tendencia a agarrar la pelota con una sola mano y sus saques de sobrepique". O sea, se ganó el puesto en la selección porque es un loco. Pero un loco que con su actitud le ha impregnado a la selección una confianza en sí misma, un poco de arrogancia que le hacía falta. Es más, chico, ¿cuántos arqueros en la Copa América tienen asistencias a gol? Ah, ¿sólo Renny? Oye, que sorpresa. Con una asistencia a gol el carajo a mi me metió en su bolsillo.

9) Por eso que llaman confianza en sí mismos. Este equipo ya por fin se cree por completo el cuento de que están para grandes cosas. Se les nota en su actitud, en su forma de discutirle al arbitro, en la forma de plantarle cara a los jugadores de los otros equipos que ya han sido mundialistas. Es más, se nota en las ruedas de prensa y las entrevistas. A los jugadores cuando les hacen preguntas no dudan en meter en sus declaraciones frases como que "ya basta de pensar en que son una sorpresa" y "el fútbol en Suramerica ahora está más nivelado". Y estoy hablando sólo de los jugadores, porque si meto las declaraciones de Farías la cosa adquiere magnitudes colosales. Pero a mi amigo Farías le dediqué un apartado pa' el solito.

8) Por Farías. Junto a Renny, el otro loco. Pero ya sus locuras lo hacen como un fascinante. Provoca ver qué es lo que va hacer para superarse la próxima vez. En lo que va de Copa, Farías ya:

a) le buscó pleito por conducta antideportiva a la gran esperanza del fútbol brasilero Neymar en el túnel de los camarines en el entretiempo del partido contra Brasil. Que yo sepa Farías no habla portugués y estoy seguro que Neymar no habla español, así que sólo basta imaginarse el grado de locura en ese túnel.

b) Se enfrentó a gritos con un grupo de periodistas por querer filtrarse en un entrenamiento cerrado de la vinotinto en la ciudad de Salta. Es más, los amenazó con denunciarlos con nombres y apellidos por romper las reglas, cual tío que encuentra a su sobrinito comiendo chucherías antes del almuerzo.

c) En el partido contra Chile estuvo desatado. Primero le cayó a gritos a un reportero gráfico por tirar un balón de más a la cancha en un lateral. Posteriormente tuvo que contenerse para no salir corriendo a caerle a golpes al expulsado Gary Medel, luego de que este le dirigiese unos improperios en su camino hacia los vestidores.

d) Esa cara que siempre pone cuando Venezuela mete un gol. Si tuviese que ponerle una nubecita tipo comic sobre su cabeza diría algo así como: "ja ja ja... Y dudaban de mi capacidad como entrenador. Ahora, ¿qué cosas malas irán a decir de nosotros. JA JA JA".




Pero a pesar de toda la locura, a la que también me gustaría agregar los guantes de chofer de limosina que ahora acostumbra usar en el banquillo, es difícil discutirle su plan de juego. Tiene una filosofía como entrenador y ha sabido lograr que sus jugadores la adopten fielmente. Puedo cuestionar a veces su forma de manejarse, pero me quito el sombrero ante Farías como entrenador.


7) Por Juan Arango. Si alguien fue emblema del cambio de la vinotinto de punching bag de la Conmebol a equipo contra el que hay que sudarse el resultado, fue Arango. Fue prácticamente el que abrió el cerrojo de la salida de los jugadores venezolanos en el exterior con su llegada a la tan ansiada liga española de la mano del Mallorca. Hoy día Arango tiene 31 años y obviamente ha perdido una que otra velocidad en su andar. Pero ahí está, con su chute envenenado que generó no uno sino los dos goles en el triunfo contra Chile. El tipo lo ha visto todo en ese equipo y seguro ha ayudado a marcar el camino para los chamos más jóvenes en la selección. Mención especial a Jose Manuel Rey que también está en el equipo. Se puede ver en el fondo, detrás de Farías cada vez que celebran todos un gol.

6) Porque nunca bajan los brazos. Esta vinotinto es guerrera. En el pasado, ante un marcador adverso como el que se nos presentó en contra de la selección mundialista de Paraguay en el que quedamos abajo 3 a 1 después de haber estado en ventaja, el equipo pudo haberse rendido. Pero esta selección tiene un chip distinto en la cabeza. En estos días un amigo mío resaltaba el avance del equipo en lo psicológico. Y es la única razón para explicar que hayan logrado empatar ese encuentro con dos goles en los últimos cinco minutos reglamentarios. Desde ese partido yo personalmente me creo que pueden hacerlo todo.

5) Porque somos mercadeables. Tenemos jugadores reconocibles con un sólo nombre como Salomón, Miku y Renny. Tenemos el sujeto con el sobrenombre más genial de toda la copa manejando nuestro mediocampo en "el maestrico". Tenemos una camisa con cuyo color nos podemos identificar como únicos, como la albiceleste y la verdeamarehla (además de que, por lo que he escuchado de los argentinos acá en Buenos Aires, la camiseta nuestra es posiblemente la que mas ha gustado en su diseño). Tenemos jugadores con buena pinta como Cichero, Rincón y Vizcarrondo. Y principalmente porque ¿a quién no le gusta una buena historia de cenicienta como la de la vinotinto? Con respecto a eso...

4) Porque los demás equipos se siguen comiendo el cuento de la cenicienta. Los medios chilenos, antes del encuentro de su selección contra la vinotinto, hicieron dura campaña a favor de lo amable que les había sido el destino. Que si el rival era el más fácil, que si Chile iba a avasallar a la vinotinto. Y claro, esto, un golpe un poco bajo:


Sinceramente me dio risa el comercial al principio, pero a los 10 segundos de terminado me dio fue rabia. Pero bueno, si es por mi, que se sigan creyendo ese cuento el tiempo que quieran. No hay nada peor que entrar confiado a un partido de fútbol y Venezuela está tallando esa máxima en piedra en esta copa.


3) Porque se vienen las eliminatorias del mundial de Brasil. Ya muchos lo están comentando: no es sólo lo que significa este equipo en esta copa América sino lo que va a significar lo que están creando con miras a las próximas eliminatorias en las que, además, Suramerica tendrá la posibilidad de un cupo adicional que en la anterior por ser Brasil sede. Es importante ir paso a paso y no emocionarse demasiado, pero es difícil no estar ansioso por lo que se viene. Pero de nuevo, es importante mantener la calma. Aunque provoca brincar de alegría. Pero caaaaalma...

2) Porque tenemos una ideología de juego. En el pasado el equipo venezolano parecía que jugaba más por alcanzar los 90 minutos sin ser goleado o por lo menos alcanzar un empate. Difícilmente planteaban un esquema de juego. Era más una estrategia de supervivencia que nada. Pero hoy en día el equipo se ha armado de atrás hacia adelante, con una defensa consistente basada en Vizcarrondo, Cichero y Perozo, un mediocampo con un delicado balance entre contención y creación y un grupo de delanteros jovenes natos que han sabido sacar lo máximo de las oportunidades que le llegan. Un verdadero equipo que por largos momentos ha sabido dictar el ritmo de juego de los partidos hasta ahora.

1) Porque a Venezuela le hace falta esto. Nunca he sido partidario de los pañitos calientes a los que usualmente estamos acostumbrados los venezolanos con respecto a la difícil realidad a la que nos enfrentamos a diario. A veces siento que nuestro peor defecto como pueblo es lo rápido que pasamos la página cuando tenemos algo nuevo en nuestro tapete informativo. Pero en este caso, con los precios, la inseguridad, la enfermedad de Chávez, los líos en la asamblea, la jueza Alfiuni, la ley del deporte, los líos en el Rodeo... Me parece que hacía falta un poco de esta alegría que están trayendo estos muchachos. Se nota en las caras de los aficionados que los ven por televisión desde Venezuela, se nota en los gritos que he presenciado en los estadios en Argentina. Era algo que necesitábamos. Ahora, si tan sólo encontrásemos una manera de convertir esto de la vinotinto en una lección que trascienda el plano deportivo. ¿Será mucho pedir?


Pedro, el infiltrado

jueves, 14 de julio de 2011

Sobre Facundo Cabral


Sobre los pendejos / Facundo Cabral

Un concierto de Facundo Cabral era una experiencia única. Yo lo vi en una sola ocasión, recien llegado a Buenos Aires en 2009. En esa ocasión me acompañó mi padre y la negrita (su esposa). Yo había recién descubierto que mi padre era tal admirador del trovador argentino y me sorprendió mucho cuando, frente a un afiche que anunciaba su concierto en un teatro porteño llamado ND Ateneo, había compartido con nosotros la idea de asistir.


El concierto fue un sábado, a sólo 2 semanas de que ellos regresasen a Caracas y me dejasen para empezar a vivir mi nueva etapa de vida. Así que mis emociones de por si estaban tan a flor de piel que así hubiésemos ido a ver un concierto de rock habría encontrado un grado sensible superlativo en lo que veíamos. Pero no era un concierto de rock. Era un concierto de Facundo, un viaje por la mente de un hombre que veía las cosas con igual grado de humor y de crítica social, un sujeto que confiaba sinceramente en que el mundo podía arreglarse con sólo amor. Sus palabras quedaría resonando en mi cabeza durante muchos días, mucho después de que mi padre ya no estuviese, como un eco de los últimos (y hasta ahora únicos) momentos que viví con el acá. Lo escuchaba posteriormente y me transportaba a esa noche de febrero, sentado en un bar con mi papá, conversando lo tanto que nos había gustado lo que había cantado y recitado el maestro.


Y es que Facundo tenía esa capacidad de resonar más allá de una primera escucha. Sus observaciones acerca de los argentinos, por ejemplo, sólo las entendí a medida que paso el tiempo, a medida que me sumergí más y más en esta cotidianidad. Mi papá y yo nos quedamos, por ejemplo, pegados en una frase que decía que los argentinos eran aquellos que "a toda solución le encontraban un problema". En el momento me causó gracia, pero hoy día, dos años después de haberla escuchado, es que creo que la logro entender a cabalidad.


Me enteré de su fallecimiento mientras viajaba en autobús a una ciudad llamada Santa Fe para ver un partido de la Copa América. Ahí me llego un mensaje de texto de Vicky que me afectó como si hubiese sido una noticia de un ser cercano a mi. A la media hora mi mamá me envió un correo que leía "Facundo fue la inspiración para todos los soñadores por un mundo mas justo y redimido". A la hora de haberme enterado le mandé un mensaje a mi papa contándole la noticia. De esa, mi papá aún no se ha recuperado. Tan sólo ayer, cinco días después de su asesinato, me mandó un correo en el que comentaba que era "increíble que el predicador de la paz haya muerto bajo esas circunstancias". Era Facundo algo que nos une y nos unirá por siempre.


Para finalizar esta entrada les cuento una pequeña anécdota y los dejo con una foto. La semana posterior a aquel concierto, mientras comíamos en la calle, nos pareció haber visto dos veces a Facundo caminando por la calle, a sólo metros de donde estábamos. En ambas ocasiones discutimos si verdaderamente era él, aunque muy adentro estábamos seguros de que sí era. Quizás por temor al rechazo nunca lo abordamos para invitarle un café o una copa de vino y hablar de lo que sea. No me queda duda de que el maestro hubiese aceptado ese gesto con la cordialidad y la modestia que siempre lo caracterizaron.


La foto fue tomada por mi amigo Beto desde su apartamento, al lado del ND Ateneo, donde fue velado Facundo. De todos los sitios, el ND Ateneo...



miércoles, 6 de julio de 2011

Diccionario Argentino-Venezolano

Desempolvando las viejas entradas de Buenos Aires Infiltrada, me encontré con una sección que disfrutaba mucho hacer y que, debido a mi prolongada ausencia, dejé en el olvido. Se trata del diccionario de palabras argentinas, una sección que nació practicamente con el blog y que enmarcaba en sus entrañas los grandes problemas comunicacionales que padecí durante mis primeros meses en Buenos Aires. No quiere decir que aún no los padezca. Por algún motivo la distancia con Venezuela ha potenciado aún más mi acento caraqueño y es muy común encontrarme gente que me pide que hable más lento porque no entienden que demonios les estoy diciendo. Pero por lo menos las cosas han mejorado.

Bueno, pasamos ahora a las palabras. Hay muchas de ellas que ahora no percibo igual que ese entonces, pero no importa. Se las lanzo así mismo...


Guita: Quiere decir dinero. Platita. Billullo. Los cobres. "Y... debo buscar laburo porque ya me quede sin guita, ¿viste?" ¿Cómo? ¿Que qué es laburo?


Laburo: Trabajo. Empleo. Ej: "Claaaaro, yo también escribiría en un blog si no tuviese laburo".


Mata fuego: Asi se le dice al extintor. Lógico porque sirve para matar el fuego.

Matahambre: Asi se le dice a un corte de la vaca. Lógico porque sirve para matar el hambre.

Matadero: Asi se le dice a un hotel baratongo. Lógico porque sirve para matar a... Para matar... Para matar el tiempo... Eso, el tiempo... Igual esto es alla en Caracas, pero me deje llevar. Jeje


Factura: Es como un dulce de panadería. La cara de bolsa que pone uno cuando le ofrecen una factura con cafe para desayunar, sin saber aún qué carajo son, no tiene precio.


Lágrima: Este es el café que pido yo aqui en Buenos Aires. Es como que un cafe con leche pero muy suave. Si lo quieres mas fuerte simplemente pides "un cafe con leche". Si lo quieres negro entonces pides un americano. No pongas esa cara cuando leas estos nombres y no olvides que nombres como "guayoyito" o un "tetero" no son tampoco términos muy normales.


Quilombo: Es un problema. Un lio. Un desastre. Un zaperoco. Un verguero. Un peo. Un cojeculo. En fin, todo eso es un quilombo.


Birome: Esta es bastante extraña. Significa boligrafo. En el tiempo de investigación para esta entrada del blog (sí, esto me lo tomo muy en serio e incluso hay horas y horas y horas de investigación. Pensabas que sólo me sentaba a escribir cualquier cosa, ¿no? Pues no.). Bueno, en la investigación para el blog encontre que aparentemente Birome era el nombre comercial con el que se vendian los primeros boligrafos del mundo, fabricados en Argentina. ¿Qué tal?


Mina: Mujer. Es sinonimo de muchacha.

Las Minas: Barrio caraqueño. Es sinonimo de robo seguro.

Cheto: Quiere decir sifrino. Cuando un cheto se las da de sabroson y tal, se les dice asi: "Ah bueno pues.. Vos te la das del arrecheto y tal?"

Campera: Vendría a ser para nosotros en Venezuela como una chaqueta. Existe también la chomba que es como la chemise nuestra y el buzo que no tengo idea aun que carajo significa pero creo que es como suéter con capucha. De ser asi es mucho mas practico decir buzo que suéter con capucha. Quizás eso sea algo que podemos usar allá en Venezuela. Una cosa mas de vestir es un polar que creo que es una referencia a un tipo de tela tipo gamuza. Esa si creo que esta jodido imponerlo en Venezuela ya que la palabrita ya tiene como que mucha significación para los venezolanos, bebedores por excelencia de cerveza.


No, no, por favor: Esto es lo que dice un argentino cada vez que le das las gracias. Es como un de nada. Al principio me chocaba bastante pero ya me acostumbre y ahora no le doy las gracias a nadie.


Gil: Quiere decir tonto. Cuando venga Gilmer a visitarme a Buenos Aires se las va a ver negras con ese nombre.


Palta: Asi se le dice al aguacate aquí. La leyenda cuenta que el que trajo el delicioso alimento a tierras argentinas era un caballero llamado Gregorio Palta que, como dato curioso, murió intoxicado con aguacates. De ahi viene el nombre. Todo esto es mentira, pero no tenia nada que decir al respecto y aproveche para inventarme este cuento.



Cachito: Deliciosa confección panadera rellena de jamón cortadito. No mentira. Aqui en Argentina significa algo asi como "un momentito" o "un poquito". Ejemplo: "Shoo estare libre en un cachito".


Zapato: Bueno, esta depende de cómo se use. Puede ser la cosa esa que se pone en los pies o puede ser un insulto. Sí, un insulto. Descubri esto mientras escuchaba una discusión en la calle. "¿Por que no movés tu carro, zapato?". "Muevelo tu, salami!". Aja, salami.


Salami: Es otro insulto. Aunque también es el embutido ese que se le echa a la pizza. Honestamente estos insultos son muy locos. No los entiendo aun ni me creo capaz de usarlos pero tendre que irme acostumbrando.


Bocha: Esto significa bola. O sea, en el sentido de bocha de helados, o por lo menos es en el unico contexto que lo he escuchado. Yo he tratado de crear una amalgama entre venezolano y argentino y ahora uso expresiones como "No pana, tu lo que estas es loco de bochas".


Sorete: Significa pupú. Asi de sencillo. Aqui se usan expresiones como "se me arruino mi día porque pise un sorete" o "vos sos un sorete".

Frutilla: Significa fresa. Se pronuncia frutisssshhha.

Yyyyyy...: Todas las oraciones en Argentina comienzan con esta palabra. Aun no he encontrado a un argentino que me explique el por qué de esto. Ejemplos: "Yyyyy, ¿qué hacés?" o "yyyyyy, ¿será que nos comemos un alfajor?" (Esto del alfajor es una exageracion. A pesar de lo que se cree en Venezuela, los argentinos no comen alfajores y toman mate todo el santo día)

Remera: Significa franela. Por ejemplo: "Yyyyy, ¿Shhhhhaa te compraste la remera amarisssssha?"



Pedro, el infiltrado

domingo, 3 de julio de 2011

El día que la Vinotinto se convirtió en el mejor equipo de fútbol del mundo



Con el título sólo quería llamar tu atención.. Obviamente no pienso que Venezuela sea hoy el mejor equipo del mundo, pero te hice entrar a leer, ¿ves? Voy a empezar a lanzar títulos así dementes para ver si subo el flujo de visitas al blog. Llámalo publicidad engañosa si quieres. Si no te gusta demándame y ya, pero estoy feliz así que no me importa.

Empate a cero contra Brasil. Increíble pero cierto. Y yo estuve ahí, en primera fila. Bueno, en realidad en fila 35, pero ahí en fin. El escenario fue el estadio Único de la ciudad de la Plata, a una hora de Buenos Aires, una obra asombrosa de arquitectura, como pocos estadios en Latinoamerica. Esta imagen anterior es de una estructura central enorme que cuelga en el medio del estadio con cuatro monitores a los lados. A som bro sa... Yo ya había visitado el estadio con motivo del concierto de U2 que fue el 31 de marzo este que pasó. En ese entonces los cuatro irlandeses dieron cátedra de buena música, pero hoy once venezolanos dieron cátedra de buen fútbol.. Veeeeerga.. Clase de frase esa.. Hoy se me sale el patriotismo por los poros...




Al partido fui con mi buen amigo Beto que, si bien no es venezolano, se hizo sentir como un fanático más. A su selección de Colombia la iremos a ver el fin que viene a un pueblo que se llama Santa Fe. Ahí yo iré infiltrado de colombiano, apoyando a la hermana república con todo. Bienvenido a Buenos Aires Infiltrado, Beto. Esperemos ver pronto más de vos. Jeje.

Yo no tengo aquí mi camisa vinotinto así que me tuve que conformar con mi camisa vinoblanco, obviamente debajo de un sueter y una chaqueta y por encima de una franela manga larga. El frío en La Plata era una vaina descomunal. Aun estoy haciéndole masajitos a los dedos de mis pies a ver si se despiertan los pobres. Todas las demás personas en la foto no las conozco, pero por los colores parecen ser brasileros sufriendo porque Venezuela les iba empatando. ¡Ja! Me dolió y no fue conmigo...





Como era de esperarse, la venezolanidad salió en pleno para el estadio de la Plata y no para ver a Neymar y a Robinho y a todos esos bichos, sino a apoyar a la selección venezolana, como debe ser. Cada partido que pasa rezo porque quede más y más enterrada esa costumbre venezolana de salir a celebrar y caravanear a los cariocas cada vez que ganaban un Mundial o una copa América. Hoy día, sin duda alguna, la afición venezolana está más y más comprometida con al vinotinto. La verdad es que me sorprendió gratamente lo equilibradas que estaban las dos hinchadas en el estadio, cada uno apoyando en su propio idioma a su selección, casi con la misma fuerza. Vi cientos de personas con banderas, camisetas de la selección y pancartas de todo tipo, incluyendo una super loca de Simón Bolivar con la camisa de la selección que lamentablemente estaba demasiado lejos para el alcance de mi zoom.






Esta fue una secuencia bizarra al final del partido, luego de concientizar de que habíamos logrado empatar el partido a Brasil durante los 90 minutos más extenuantes de mi vida. Estoy seguro de que pasarán días antes de que pueda soltar algunos músculos que aún tengo tensos, pero también estoy seguro de que por haberlos tensado tanto fue que el chute de Pato pegó en el poste izquierdo y que Vizcarrondo pudo salvar la de Robinho con su hombro ya tirado en el piso. No me cabe ni una duda. Además, el esfuerzo me valió este increíble momento en el que me brinque seis filas para juntarme con todos estos venezolanos a saltar y cantar al unísono la incansable "y donde estan? y donde estan? los hijoeputas que nos iban a ganar! y donde estan?" Fue un momento mágico, de esos que hacen que te apasiones tanto por el fútbol. De esos que hacen que tantos momentos jodidos con la selección hayan valido para algo. Coño, es que me pongo como guaraposo y todo... Es más, pónchame la bandera, Pedro...



Una belleza, ¿no? De verdad que fue una experiencia única. Y de no ser porque los otros dos partidos de Venezuela quedan botaisimos, me encantaría poder vivir en carne propia lo que nos queda en este recorrido. Lo que sí les puedo afirmar es que compre un partido de cuartos de final ahí mismo en la Plata, así que espero ver si la vinotinto y yo nos citamos una vez más en un par de semanas bajo el techo del Único. !Vamos Vinotinto!





Pedro, el infiltrado.

viernes, 1 de julio de 2011

Tandil, la ciudad donde dejé mis rodillas (Parte 2)



Aja, ¿por donde íbamos? Ah cierto, si, Tandil.. Voy a escribir esta entrada de una vez porque se viene la Copa America y tengo que empezar a escribir esa vaina pronto. La cosa de escribir un blog es que yo soy el editor, el reportero, el corrector, el fotografo... Todo al mismo tiempo. Eso significa que yo mismo debo exigirme que cumpla los tiempos de pautas, debo criticarme yo mismo cuando cometo muchos errores ortográficos y no tengo a quien echarle la culpa cuando las cosas no salen bien. Es un verdadero problema a veces, sobre todo en las reuniones del staff a final de mes. Pero toca vacilarselo y ya.

Ponchame la foto pues Pedro...


Bien.. Había olvidado que ademas suelo ser el protagonista de las fotos. Esto es un sitio que se llama el Calvario. Es una representación del via crucis que termina en esta gigantesca cruz a lo alto de muchas escaleras. El Calvario fue además muy fiel a su nombre, considerando que llegamos a sus escalones a eso de las 5 de la tarde después de haber caminado como unos desgraciados desde las 9 am. Aquí donde me ven ando al borde del desmayo. Me dolían las piernas hasta para sonreir.

Del calvario les puedo contar algo adicional, pero prefiero enseñarselos con las siguientes fotitos. Todas son de trapitos y pañuelitos que simbolizan promesas hechas por miles de creyentes, amarrados a los pasamanos de las escaleras del últmo tramo de El Calvario.







Y una última de Vicky mientras amarra su propio trapito...


Una locura, ¿no? La verdad es que yo no soy muy creyente que digamos, pero este sitio me pareció asombroso. En realidad siempre me ha asombrado como muchos sitios que uno tiene a conocer cuando viaja poseen una espiritualidad que trasciende su propio significado religioso. Es lo mismo que me pasó en la catedral de Toledo o en la mezquita de Santa Sofia en Estanbul. Burda de imbécil luciendome con los lugares que he visitado, ¿no? Bueno, mala suerte porque es mi blog y yo hago lo que yo quiera con él... También me pasó algo similar en la Catedral de Notre Dame y en la catedral de Cuzco. Si, van cuatro países y agradece que no siga...

Lánzanos la penultima, Pedro...


Para los que aún no lo habían deducido ya o no han hablado conmigo desde hace un buen rato, Vicky es mi novia. ("Wuuuuuuuuuuuu! Eeeeeeeeeeso! Wuuuuuuuuwuuuuu!"). Probablemente continúe saliendo en el blog en el futuro asi que habrá más tiempo para conocerla, pero por lo pronto los dejo con esta fotito, tomada en la subida hacia la reserva ecológica de Tandil. De la reserva, pues vale decir que vimos llamas y, para variar, caminamos. Y esta vez en subida, asi que más sabroso aún... Aunque al llegar a la cima cima grabe este videito que verán a continuación, con todo y mi mueca tenebrosa al final...





Asi que eso fue Tandil. Hay muchas más fotos, pero tomaré un atajo y simplemente las pondré en el Facebook y ya. Este domingo ire al partido de Venezuela contra Brasil, asi que la próxima entrada va ligada a eso. A la sorprendente victoria de Venezuela sobre Brasil. Si así sucede, recuerden que yo lo dije primero por acá. Ya saben.

Viva Venezuela.

Pedro, el infiltrado.