viernes, 24 de julio de 2009

  • Bueno, primero que nada disculpas... Sí, me tarde en actualizar... Que jode... Pero bueno, ya pasó... Podemos seguir con lo nuestro y quizas dejar esto en el pasado. No prometo que no pase otra vez. Pero me esforzare, ¿si? ¿Trato? Buenisimo...


  • Hice un viaje a Rosario y Santa Fe con mi amiga Daniela y mi amigo Javier. De eso no quiero escribir. No porque no la pasé bien sino porque podrán verlo en el siguiente videito que dice más que mil palabras. Que bonito, ¿no?




  • Par de proyectos que contar...

* Primero esto http://www.levantart.com.ar/ . Esta es una academia en Buenos Aires que enseña a sus alumnos a conquistar mujeres. A partir de eso, tres compañeras de la maestría y yo decidimos hacer un documental para la materia de Dirección. Hasta el momento ha sido más que todo investigación, pero también ha habido un acercamiento a los seminarios a los que he tenido que asistir yo porque a ninguna de las chicas las dejan asistir (probablemente porque si ven una mujer en un seminario de eso lo que la pueden es deshuesar).

Originalmente nos hicimos amigos de Martín y Mike, dos de los profesores de la academia y ellos fueron los que me dieron permiso a mi para asistir al seminario sin tener que pagar (importante esto de no pagar ya que los cursos no bajan de 300 pesos) con la única condición de que no dijese ni mi nombre ni mencionase nada del documental. Tenía que asistir como un estudiante más.

Llegue a las 6 de la tarde. Me encontré con un tipo afuera, frente al intercomunicador. De cabeza rapada y con un reloj lujoso en su muñeca, me preguntó si yo también iba a la planta baja y sonrió, asumiendo que ambos probablemente íbamos a la academia. Yo asentí y luego entramos.

Ya en el apartamento saludé a otros dos estudiantes y luego tomé asiento. Mi saludo sería lo último que diría en un buen rato. Elegí tomar el camino del silencio y la discreción para que no sospechasen de que, sencillamente, no era uno de ellos. Empezarón a hablar entre ellos. El del reloj lujoso comentó que había leído, para el seminario, La Apertura Chocante, un libro acerca de estrategias para el primer encuentro con la mujer que te gusta (el objetivo, en términos de la academia). Uno de los otros, uno muchacho moreno de posibilidades económicas visiblemente más limitadas que el del reloj, comentaba lo bien que se sentía ahora cuando estaba con su grupo de amigas. "Es una cuestión de confianza, ¿me entendés?", decía el muchacho. Me preguntaron como había llegado a Levantart pero, antes de responder, salió Martín de una habitación y me salvó. Me saludó y el interés por mi presencia se disipó. Le pedí un vaso con agua y, cuando estábamos solos me explicó que me iba a presentar como un compañero suyo de la facultad que estaba ahí para un trabajo que él mismo estaba realizando.

Así fue llegando el resto del estudiantado, todos distintos entre sí, unidos por el sólo hecho de querer conseguir mujeres. Era una hermandad, una fraternidad de hombres en busca de parejas. Nos fuimos sentando en la sala del sitio, a la espera de que se completase el quórum. Todos se conocían de seminarios previos, por lo que mi presencia era, por ponerlo ligeramente, sospechosa. Se conocían entre sí por los sobrenombres con los cuales ingresaban a los foros de la página Web de Levantart. El que conocí apenas llegue al sitio se hacia llamar Saint. Otro, que se sentó frente a mí y no dejaba de verme con mirada inquisitiva, se llamaba Sexy. Sí, Sexy. Llegaron los últimos, entre ellos Mike, el otro profesor, que me hizo señales para que hablásemos en su oficina.

"Hola Pedro, aquí sí te puedo saludar", dijo Mike. La discreción de mi visita era algo preponderante para ellos. Reservarse la identidad de los participantes dentro de los seminarios era el elemento más preciado con el cual lidiaba la academia. "Diremos que tu eres de una vieja camada de Levantart y ya", agregó. "Pero si ya Martín me dijo que..." le expliqué yo a Mike antes de que entrase el propio Martín y discutiesen ambos cuál era la mejor vía para presentarme. Prevaleció la historia del exalumno.

Salimos de la oficina y tomamos nuestros puestos en la sala. Decidí cambiar el mió, principalmente por la incomodidad que me provocaba la mirada extraña de "Sexy". Se inició el seminario. El tema era la etapa A1 de los encuentros. Este fue uno de los pocos términos que logré entender dentro del lenguaje altamente tecnificado que se utiliza en la academia. El A1 es el primer abordaje a un Set. Un Set es un grupo formado por un objetivo y uno o varios obstáculos (eso de objetivo y obstáculo creo que se explica sólo). Otros términos incluyen State, Social Proof y Lock In. Al igual que idiomas como el del marketing, aparentemente la seducción también se escribió originalmente en inglés.

Prepararon un mate y empezaron a pasarlo. El mate es una forma silente de socializar, es como una pipa de la paz. Personalmente nunca me ha gustado, pero sentí que, de rechazarlo, me aislaría aún más. Lo tomé. Mientras se hablaba de la regla de los tres segundos y demás cosas que no aún no entendía (días después me enviaron su "Biblia" a mi correo y todo se hizo mucho más claro), pude apreciar el intercambio de dinero que ocurría en una mesa detrás de mí y reflexioné acerca del negocio que manejaban estos sujetos. Comercializaban con algo tan impalpable e impredecible como la seducción y habían logrado un éxito considerable que los tenía pensando en abrir la academia en otros países latinoamericanos.

Desde que descubrimos Levantart por Internet, las muchachas y yo habíamos tenido una discusión perenne acerca del tipo de personas que estarían dispuestas a asistir a estos cursos de la academia. Dos de ellas de alguna forma los satanizaban y sostenían la inocencia que debía prevalecer en ese acto de la seducción. La otra sostenía que en realidad le importaría poco si uno de esos tipos se le acercaban con tal de que ella lo consiguiese atractivo. Eran dos tipos de mentalidades muy distintas, ambas a cada extremo de la escala de seducción. Por mi parte, mi interés documental se enfocaba más en los profesores que en los alumnos. ¿Qué hacía que ellos se considerasen expertos en seducción? ¿Por que los alumnos, no sólo escuchaban sus consejos, sino que estaban dispuestos a pagar por ellos?


El muchacho que estaba dando el seminario tenía un parecido distante a Johnny Depp. No el Johnny Depp de la época de Manos de Tijeras. Más bien el de Piratas del Caribe, aunque con un estilo mucho más descuidado. Era un exalumno que, aparentemente, le había ido tan bien en los A1 que ahora colaboraba con la parte teórica de los seminarios. Al presentarse ante el resto de los asistentes casi desenmascara mi identidad secreta con un sólo comentario: "Bueno, ya todos nos conocemos de seminarios anteriores, todas las caras las reconozco, a excepción de la tuya". Me señaló y todos voltearon a verme. "Bueno, yo soy de un...", tartamudeé ante las miradas penetrantes. "Él es de una camada vieja, un viejo amigo de Levantart" intervino oportunamente Mike. Yo asentí con la cabeza y sonreí. El seminario continuaba.

De ambas cabecillas de Levantart, Mike es el que más visiblemente irradia la mentalidad de Levantart. Es un sujeto con una clara concepción de lo que significa vender su imagen. DJ y músico, la página de Levantart lo promociona como un experto que se "centra en el desarrollo de las capacidades de sociabilización inmediata". Suele vestir a la moda, con sombreros tangueros y un túnel en cada oreja. Es además el más verbal de los dos. Martín, mucho más recatado, es mago y estudiante de cine y es más bien la mente detrás de lo que sucede en Levantart. Desde un principio, ambos se entusiasmaron con la posibilidad de que documentásemos lo que ocurre en la academia. Nuestro primer encuentro con ellos transcurrió de forma predecible. Inicialmente la duda lógica del costo y del "¿qué podemos sacar nosotros de este video?". Posteriormente compartimos ideas y experiencias y conseguimos que quedase claro que el video iba a tener que ser enfocado hacia algún norte que incluyese tanto sus intereses como los nuestros. La conclusión fue que yo asistiese al seminario y que, luego de esa experiencia, podríamos entender lo que ambas partes queríamos comunicar con mayor claridad.


El que se parecía a Johnny Depp pidió tres voluntarios. Los situó en un círculo para explicar los ángulos de abordaje ante un set de tres mujeres. La importancia yace en no demostrar interés ante tu objetivo. Hacerse amigo de los obstáculos para generar interés en la que verdaderamente quieres. "Por ejemplo", comentaba, "una estrategia interesante es acercarte al grupo y entregarle tu cámara a la que te gusta para que te tome una foto con una de las otras. Luego de eso puedes acercarte a ella y, al ver la foto juntos, criticar su estilo de tomar las fotos, molestarla un poco."
Otro consejo muy recomendado era el de utilizar un opener que generase social proof, es decir, elaborar frases de abordaje que demostrasen nuestra soltura en público y que al mismo tiempo nos hicieran ver interesantes. Uno de los tantos openers citados por el imitador de Johnny Depp incorporaba una camisa que le había regalado su exnovia, una despedida en un tren y un robo de un celular. Todo, digno de un guión de cine. "Y créanme que funciona", remató con una sonrisa en su cara.

¿Y qué pasa si no funciona? ¿Qué hacer si tu opener es recibido con burlas o, pero aun, te ignoran? Una de las cosas que Levantart fomenta incansablemente en su estudiantado es la habilidad de improvisar y de revertir ese tipo de situaciones (shit tests, en jerga Levantart). Algo muy común, por ejemplo, es que alguna de las integrantes de un set quieran interrumpir tu opener con algún cuento propio o algún comentario irónico con miras a hacerte quedar en ridículo. "En esos casos yo he encontrado estrategias que funcionan muy bien", aportaba Mike. "Cuando alguna mina (muchacha en Argentina) me interrumpe, suelo sacar una tarjeta de mi bolsillo y decirle: ‘esta es la tarjeta para el que habla. Al menos de que vos la tengás, no podés hablar aún’ y les halo un cachete como si las regañase. Lo importante es nunca perder el dominio del set".

Tres horas, seis rondas de mate y cientos de consejos después, finalizó el seminario entre aplausos y sonrisas. Mientras todos los estudiantes conversaban entre si, martín y Mike se acercaron para preguntarme que me había parecido todo. "La verdad es que hay muchas cosas que no entendí, pero fue bastante interesante", comenté. Ellos se rieron y me aseguraron que si seguía viniendo a los seminarios iba a ver los efectos en mi día a día. Quedamos en encontrarnos en las semanas venideras luego de acordar con el resto de mi equipo cuál sería le mejor propuesta para hacerles. Al salir, me abordó uno de los muchachos y, probablemente engañado por la mentira de mi pasado como alumno, me pidió algunos conejos que a mi me hubiesen funcionado. Dude antes de inventarle que a mi siempre me había funcionado lo de ser caribeño con las mujeres argentinas y caer ambos en una risa cómplice. Me pidió mi sobrenombre en el foro de Levantart para mantenernos en contacto a lo que respondí que me habían suspendido mi cuenta por el largo tiempo que pase sin usarla y explicarle que mejor lo buscaba yo a él. Me despedí del resto y me fui.

Si algo lamento es de no tener una cámara conectada a mis ojos para que más gente pueda entender lo inusual que fue esta experiencia. Lejos de satanizarlos, entendí que Levantart es una empresa seria que se toma todo este negocio de la seducción como un trabajo con todas las de la ley. Para finalizar, una cita de la página Web de Levantart: "Puedes realizar tu pedido sin la más mínima aprehensión o vergüenza... y... tu información personal nunca será revelada a terceros. Todo es absolutamente confidencial."


El segundo proyecto no lo voy a contar ahorita porque sencillamente me tardé demasiado en escribir el primero y ya no tengo energía. Pero es bueno. Involucra unos ciegos, unas portuguesas y una cena que no se puede ver. Burda de loco, ¿no?




  • La edición de julio de la revista esa en la que escribo tiene tres artículos. Por un lado, están los diez personajes de este mes en la página 82. En esta ocasión es la segunda parte de los personajes del bachillerato venezolano. Ojala y les guste. Por otro lado, en las páginas 35 y 39 hay par de artículos turísticos de Bariloche y La Patagonia. Cuando los lean y se sientan como con deseos incontrolables de ir ante la bella descripción y las hermosas fotos, sólo piensen que yo tengo ese mismo deseo y que todo lo que escribi en la revista fue basado en experiencias ajenas. Un poco inmoral pero necesito la plata y... ¡tampoco es que la vaina se escribió sola!





Bueno, nos volveremos a ver pronto. El martes arranco para Lima con mi papá por par de semanas pero si tengo algún momentito volvere a escribir en este bello paraiso virtual que es mi blog. Las palabras argentinas las dejaré para la proxima edición junto al cuento de los ciegos, las portuguesas y la comidad que no se ve.


Pedro, el infiltrado