martes, 28 de febrero de 2012

Dos o tres cosas sobre el verano porteño


No es la primera vez que se habla de clima en este blog. Cuando estaba por llegar la primavera dejé claro cómo la hermosa temporada afectaba por igual mis sentimientos y mi nariz en una entrada en septiembre. Pues ahora empecé a usar mediecitas cuando salgo en las noches y eso sólo puede significar que el verano pronto va a terminar, oficialmente el 21 de marzo. No quiere decir que ya se haya acabado el calor. No, no, qué va... Aún hay momentos del calor sofocante, de ese calor asfixiante, embrutecedor, que pone en jaque mi capacidad de accionar... Aún quedan días para reflexionar sobre dos o tres cosas del verano porteño.

No recordaba lo importante que eres en mi vida. 
Espero que nunca me dejes. Te amo tanto, ventilador.


  • Cuando uno habla del calor de esta ciudad siempre sale a relucir la humedad, ese que hace que diciembre y enero en Buenos Aires sea lo más cercano que un humano va a poder simpatizar con un pollo al horno. Yo, la verdad, se poco de factores climáticos, pero me han hecho entender que la humedad es eso que hace que la ropa se me adhiera a la piel y que prácticamente me la tenga que pelar de encima con una espátula cuando llego a casa. Y sólo por eso, la humedad no me cae muy bien.
  • Está bueno eso de vestirse de verano. Con los chores y las franelas frescas y andar en zapatos sin medias o en sandalias. Buenos Aires parece que hubiese sido invadida por un crucero caribeño que se quedó accidentado. Además de que la ciudad se pone colorida. ¿Quién osa ponerse negro en estos días? Nadie. En cambio es buena época para sacar a relucir la camisa manga corta de color naranja fosforescente y descombinarla con bermudas morados con estampados de flores. 
Ajá, este es el look. Magnum la tiene clara...
  • ¿Qué es esto que cae del cielo? ¿Gotas? Pero si hoy no iba a llover, si el cielo está tan azul y privado de nubes... Ah, ya entendí... Es que son las gotas de agua que los aires acondicionados van botando mientras uno camina por las aceras de Buenos Aires. Qué refrescante. Listo, listo. Continuemos.
  • Entre los factores principales que consideraba en las personas al momento de que fuesen mis amigos estuvieron siempre el sentido del humor, la sinceridad y la constancia. Pero de un tiempo para acá está tomando bastante fuerza el hecho de que tenga una piscina (pileta) en su edificio. Creo que puedo obviar que tenga un humor de perros siempre y cuando me ofrezca un pozo de esos en verano.
  • Difícil cosa esta de los olores en verano. Una sola persona que no haya querido usar desodorante es suficiente para arruinar un viaje en colectivo de otras 20. Vamos, vamos, amigo. Toca pensar en el bienestar común. 
  • Lo pienso y lo pienso, pero no encuentro un plan dominguero más idóneo que un picnic en verano. Es el momento más relajado que mi cabecita puede concebir.

Bueno, con todo esto quisiera dejar claro que no estoy seguro qué tanto vaya a extrañar el verano. Es una extraña sensación de amor/odio que me despierta. Es parecida a... A... A la sensación que me genera el invierno cuando ya uno lleva dos meses seguidos de frío. O sea, a lo que voy es que está bueno esto de las estaciones. Es reconfortante saber que cuando ya te satura un tipo de clima habrá otro completamente opuesto a la vuelta de la esquina. Viniendo de un país tropical, esto fue, es y será siempre algo nuevo

Hasta aquí la entrada. Oficialmente he perdido dos horas de verano escribiendo estas palabras así que me toca salir a un parque a echarme en la grama sin hacer nada para recuperar el tiempo.

Pedro, el infiltrado

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Chores???!!!! Pantaloneta es muy largo??!! Remítanse al DVD "La Pelota de Letras" de Andrés López los que no entiendan este comentario. (No saben lo que se pierden si no han visto ese show).
    Aja, bueno, suficiente propaganda para Andrés.

    Mi contribución a este artículo es la siguiente: Ciertamente para un Caraqueño es muy difícil entender el concepto de humedad. Yo que visité BsAs en inicios de verano no la sufrí mucho, pero si tuvimos nuestros encuentros de vez en cuando, y puede ser muy molesta. Calor fastidia, pero calor con humedad es terriblemente incómodo.

    Ahhh, cuando visité a Pedro hicimos un picnic muy chévere en un parque super lindo que ahorita no recuerdo como se llama. Allí hasta disfrutamos de un concierto de Jazz al aire libre. Concuerdo con Pedro en que es la forma ideal de pasar una tarde veraniega.

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