miércoles, 29 de junio de 2011

Tandil, la ciudad donde deje mis rodillas (1era parte)




Clase de título, ¿no? Eso que yace detrás de este buenmozo muchacho es Tandil. Como pudieron haber deducido ese no es el lema de la ciudad ni mucho menos. Pero bien podría serlo. No es que la ciudad no tenga más que ofrecer, sinceramente puede que sea la ciudad mas bonita que he visitado en Argentina. Pero es importantisimo destacar que para disfrutarla hay que caminarla.. Y que jode...

El viaje a Tandil lo hicimos Vicky y yo ("¿Cómo? ¿Vicky? Quien es esta extraña que aparece en Buenos Aires infiltrada sin avisar? ¿Una infiltrada en Buenos Aires infiltrada?") en abril de este año, si mal no recuerdo. Vicky y yo ("ya va, ya va.. ¿O sea que esta entrada va a continuar sin saber quien es esta muchacha extraña que nunca ha sido mencionada y que ni siquiera como lectores asiduos podemos ponerle una cara?") compramos una carpa y unos sleeping y nos fuimos a viajar a lo barato. De Tandil sabíamos poco, más que todo que de ahí venía el tenista Del Potro y que los salamis eran medio famosos ya que un pana nos pidió que le trajesemos uno de recuerdo. Pero nos encontramos una ciudad bastante bonita y con mucho que contar. Tanto que esta es sólo la primera parte, así que a apretarse los pantalones.

Ahora, para hacer este recorrido más llevadero lo haremos a través de fotitos. Esa será la dinámica de la clase de hoy. Empecemos...




Ahhhh.... Tandil...

Tandil queda al sur de Buenos Aires, como a unas 5 horas en autobús. En los últimos años, y gracias al apoyo que le ha dado el éxito de Juan Martin del Potro, el turismo se ha convertido en la principal actividad económica de esta ciudad principalmente montañosa y con ese lago hermoso en el que tengo perdida mi mirada y mi pensamiento en la foto anterior. Pregunté por todos lados si toda esa belleza natural la trajó Del Potro desde el exterior desde que se hizo exitoso, pero no... Aparentemente siempre ha estado ahí sólo que faltaba que algún nativo famoso le hiciera publicidad... Loco, ¿no?



Este soy yo en las alturas de Tandil. En la foto ando un poco gordo, ahora que lo veo. He estado trabajando eso un poquito. Ya por lo menos con esa franela no se nota la barriga, así que es un avance. Para entender porque estaba asi, basta con conocer el contenido de la bolsa en mi mano derecha: galletitas, queso y salami. En vez de aprovechar la linda ciudad para caminar me puse a hacerlo con una bolsa de comida en la mano... Mal, mal, mal. Esta foto fue tomada después de un paseo en unas sillas voladoras. Si tan sólo hubiese alguna foto desde las sillas voladoras..



Ah, pero mirá vos... (esta es una expresión argentina que quiere decir como "oye, pero que sorpresa" o algo así. Había olvidado esto del diccionario argentino-venezolano. En la próxima edición colocaré las palabras que escribí en ediciones pasadas y algunas nuevecitas de paquete). Esta foto está tomada desde las sillas voladoras pero en vez de dirigir la cámara hacia abajo, la dirigimos hacia Vicky y yo, porque somos burda de lo egocentricos.. Jeje.. ("Oquei, oquei.. Entonces hemos llegado al punto de que se habla de esta Vicky y vemos fotos de ella y aun no sabemos quien carajo es ni nada... Muy bien eso... Muy considerado...").



Una parrilla tandilense. La verdad es que la foto habla por sí sola.. Pana, que bolas esa barriga, además... Carajo..

Bueno, creo que cortaré la edición de hoy para así dejar suspenso para la siguiente, a publicarse en los próximos días. En el próximo capítulo habrá un Cristo gigante, cientos de pañuelitos que simbolizan ofrendas y se resolverá el misterio que tiene a todo mi público (o por lo menos a las 16 personas que están suscritas al blog) al borde de sus asientos: ¿quién es esta Vicky que ahora aparece en nuestras vidas?

(Obviamente el que me conoce bien sabe ya quién carajo es Vicky, pero estoy tratando de buscar estrategias de suspenso para que sigan viniendo a visitar mi blog con cierta frecuencia... Asi que si saben quien es, SHHHHH)


Chauuuuuuuuuuu

Pedro, el infiltrado


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