Caímos originalmente en el mercado central por la misma razón por la que tomamos la mayoría de las decisiones en nuestras vidas actualmente: por una cuestión económica. La recomendación vino de la mano de Octavio y Gloria, dos buenos amigos que ya no están con nosotros. No es que se murieron ni nada, es sólo que se fueron de Buenos Aires para México. Y ya no están con nosotros pues. A simple vista sonaba demasiado bueno para ser verdad: ¿un sitio en el que todo lo que podías comprar costaba menos de la mitad de lo que cuesta en el supermercado habitual? Pero es cierto. Todo lo que se ha dicho del mercado central es cierto. Yo fui testigo de ello. Fui una vez y mi vida jamás volvió a ser la misma. Tenía preparada una presentación de Powerpoint, así con dibujitos y plantillas, pero apelaré mas bien a enumerar las características. Simple is better.
1) El mercado central es lejos. Desde la puerta de mi apartamento hasta levantar la primera bolsa de cebollas uno se tarda aproximadamente una hora y media. El recorrido incluye un viaje en colectivo, una caminata de un par de kilómetros y un pedazo del trayecto nadando por un río. Mentira. Cero nado. Pero lo demás sí es cierto. Por lo general nos hemos acostumbrado a ver el viaje al mercado central como un paseo. Lo hacemos un domingo al mes, compramos galletitas, comemos choripanes, echamos cuentos, nos reímos. Incluso tenemos invitados especiales cada cierto tiempo para darle sabor a lo que se conversa en el trayecto.
2) Toma tiempo ir perfeccionando cuánto comprar. La primera vez que fuimos compramos muy pocas cosas. La segunda vez compramos demasiadas y se dañaron varias. En el equilibrio está la clave. Una de las cosas más difíciles para mí fue entender cuánto es un kilo de cada cosa. Como es un mercado al por mayor, lo mínimo que uno puede comprar es un kilo y medio de cada una y es fácil dejarse llevar por las promociones que varían de acuerdo al día. Yo no sé ustedes, pero por ejemplo yo nunca me imaginé que 3 kilos de yuca (mandioca para mis amigos porteños) era taaaaaaanta yuca. La semana que compré eso casi no pude comprar más nada (no cupo). Parecía Bubba, el compañero de Forrest Gump que conocía todas las recetas para camarones: yuca sancochada, yuca frita, buñuelos de yuca, yuca para la sopa, yuca horneada, bastoncitos de yuca...
3) A ver... ¿Qué será que podemos llevar para cargar cosas en el mercado central y no quedar jorobado de por vida?
¿Una maleta? ¿En serio? Bueno, ok... Imagino que se ve un poco exagerado llevar una pieza de equipaje viajero para el mercado, pero sinceramente es la cosa más práctica que he encontrado. Obviamente también tiene sus trucos. La primera vez que la usé salí del mercado con 2 kilos de fresa y dos de kiwi y llegué a mi apartamento con un coctel tropical ya batido en los bolsillos internos de la maleta. Un desastre. Pero aprendí de eso y ahora los jugos los preparo en casa y no en el colectivo.
4) Lo ideal para ir al mercado central es tener un buen congelador en casa. Bueno, en realidad lo ideal ideal es tener un carro para no tener que hacer esta travesía desgastante, pero lo del congelador es clave. Nosotros congelamos todo, desde el queso hasta la fruta picadita y guardada en bolsas para poder hacer jugo natural todo el mes. Incluso compré etiquetas para ponérselas a las bolsas. El congelador me convierte en una doña de esas que ven Utilísima.
Me parece que eso es todo por la edición de hoy de Buenos Aires: Infiltrado. Para más novedades sobre la vida porteña, inscríbanse en el blog. Para sugerencias, quejas o descargarse, escríbanme al pedrocamacho84@gmail.com. Para más información acerca de Utilísima entren a http://www.utilisima.com/ar. Los dejo con una foto de las nuevas tarjetas de presentación recién sacadas del horno. Estoy tratando de hacer correr la buena palabra del infiltrado.
Pedro, el infiltrado
Muy bueno Camacho !!! viste a los tipos llevando de a 20 cajones ? o no estan mas....?
ResponderEliminarjajajajaja felices de poderte haber dejado ese dato! saludos desde el ultramundo. jajajajaja besos a vicky!
ResponderEliminarca macho! invítame un día, he pasado mil veces por al lado y jamás he entrado! abrazo ;)
ResponderEliminar¿por qué le dicen "mercado central" si queda en las afueras?
ResponderEliminarJa, Ja, Ja,!!!! Muy bueno Don Peter, sobre todo tus aventuras culinarias con la yuca; este post te quedó para hacer una sección del blog que se llame algo como: "Pedro en Casa" y le hagas el pique a Kristina en casa... el propio desperate house husband!!!! =-) No vale primo! Veo que ya te volviste fan de los mercaditos, dentro de poco vas a ser como mi Pa' que cuando viaja, hasta que no visita el mercado, no ha visto oficialmente l ciudad. ¡un abrazo Panita!
ResponderEliminarNaia
Habrá que darse una pasadita por el mercado jaja, saludos!
ResponderEliminarjjajaja si me he reído... muy buen Blog!
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