Sin duda alguna la costumbre argentina con la que me ha sido más difícil congeniar es la de saludar a otros hombres con un beso en el cachete. Es más, creo que se cumplirá el tiempo que me toque vivir en esta ciudad y jamás lograré incorporarla a mi repertorio. Supongo que inconscientemente no he querido acostumbrarme por temor a lo que podría pasar en Venezuela si llego a saludar de beso a algún primo o amigo. Sé que terminaría en una trifulca seguro y nunca he sido muy peleador que digamos. En mi vida he saludado de beso a dos hombres: mi papá y mi tío Arturo. Y aún así estoy casi seguro de que, de hacerlo hoy día, quizás me quitarían el habla por unas horas.
Imagen de una reunión de mi familia
el día que se me ocurra saludar de beso a algún primo
Pero lo que para nosotros allá arriba es impensable, acá abajo en Buenos Aires es de lo más común. No sé de dónde vino esa costumbre pero todo el mundo lo hace y es de lo más normal. Yo lo descubrí en una fiesta a los pocos días de mi primera visita. Era en casa de un amigo de mi buen amigo Mauricio, una reunión de él y sus excompañeros de secundaria. Uno tras otro fueron saludándome de beso en el cachete y yo, con mis 25 años de crianza caribeña encima no pude evitar incomodarme. En aquel entonces fui rodando mi silla hasta quedar en una ubicación difícil de llegar, que obligase a los que llegaban tarde a saludarme con un saludo a distancia. Pero luego de pasada la reunión y haber logrado esquivar al menos unos 10 besos, caí en cuenta de que me tocaba acostumbrarme a la tradición del saludo si quería convivir y hacer amigos en Argentina (de la misma manera que tuve que acostumbrarme a tomar mate en reuniones si no quería ser excluido y execrado de la sociedad, pero esto del mate lo dejaré para otra entrada).
¿Besar o no besar? He ahí la cuestión...
En la actualidad ya lo hago sin mucho problema. Sólo en los momentos en que me toca saludar a aquellos con un grosor de barba similar o mayor al mío suelo ser escurridizo y apelar mas bien a abrazarlos con la cabeza inclinada hacia abajo para evitar roce de caras. De verdad que lo de barba contra barba es demasiado fuerte para mí aún. Aún me gustaría conocer el por qué de esta costumbre. Imagino que tiene que ver con la influencia europea de Buenos Aires, pero no lo sé a ciencia cierta. Si alguien tiene respuestas o teorías hágamelas saber.
Chao. Besos a las mujeres. Y bueno, a los hombres argentinos.
Pedro, el infiltrado
Pedro, recuerda que aquí son mayoría Italianos, y los italianos se saludan con un beso en ambas mejillas, mas bien te salvas de que no es en ambos lados la costumbre...! Por lo tanto se creó una costumbre generalizada desde hacen MUUUCHOS años atrás, y a fin de cuenta, todos lo hacen sean o no sean descendientes de italianos... A mi en particular me resulta hasta mas higiénico que saludar con las manos...! Así que ya sabes, estas cosas suceden en Europa y aquí (:
ResponderEliminarRenzo.
Es algo asi como la bendita mania de que conociendote una persona te dan la mano -normal- y luego se inclinan hacia ti para darte un beso de cachete -anormal. ¿A donde se va el espacio personal? Es decir, hace 10 segundos que te conoci pana...
ResponderEliminarJajaja que buen Post, cuesta pero hay que acostumbrarse porque no puedes vivir como un imbecil esquivandole besos a todo el que te quiera besar.
ResponderEliminarMe parece un poco discriminativa tu nota y un insulto para los argentinos. Que tiene de malo saludar con un beso a un hombre?.. Ni quiero imaginar que pasaría entonces si un día te cruzas con un gay besandose en la boca con su pareja por cualquier calle de buenos aires. Muy bueno tu blog, las fotos también, pero permitime hacerte conocer mi desacuerdo.
ResponderEliminarGracias a todos por sus comentarios. Con respecto al anónimo que hablo de discriminación me gustaría aclarar que en ningún momento fue esa la intención, y si lo entendiste así entonces quizás no entiendes bien ni el tono de la nota ni del blog. En realidad el blog trata de mostrar las diferencias entre dos culturas latinoamericanas con el fin de resaltar aquello que nos hace únicos en nuestras idiosincracias. El humor que empleo no busca menospreciar ninguna costumbre sino mas bien destacar los detalles que quizás damos por sentados al estar sumergidos en él día a día. Lamento que no lo hayas entendido así, pero igual te invito a que sigas participando en el blog.
ResponderEliminarUn saludo a todos.
En Noviembre de este año conocí la ciudad de Buenos Aires, el besito de saludo entre hombres me parecio de lo mas lindo ese roce de barba peluda y pulluda, es una nota, mis compañeros de viaje varones hicieron hasta lo imposible para no saludar de besito, la mayoría fue muy comprensivo... debería importarse esa ternura al país. Y si nos impacto aunque la verdad me crie con europeas y se daban besos y lloraban por todo, muy emocionales los italianos y algunos portugueses imagino que por eso no me parece mal.
ResponderEliminarMe sentí un tanto identificado con este post, sufrí mi "shock" con lo del saludo masculino hace ya dos años. Estuve en Buenos Aires y aunque siempre anduve con un amigo porteño, éste nunca me besó/saludó. Luego viajé a Rosario, y de una me recibe un chamo (amigo de una amiga) con un beso. Quedé petrificado, pero nada, eso duró un rato y ya luego en cada salida andaba saludando a todos igual. Fue muy extraño, pero entendí que es parte de su cultura. Ya en mi segunda estadía del año pasado, saludaba cual argentino sin ningún temor. El mate se volvió una costumbre que mantengo diariamente en Caracas, así que este año volveré a besar argentinos como siempre, jajajaja. Saludos (Me alegró mucho cruzarme con este blog, nos vemos en Capital)
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