La semana pasada, dado que mi mamá se encuentra en Buenos Aires y necesita vender dólares para poder ser y existir, me di a la tarea de buscar un comprador vía Facebook. Para aquellos que no sabían pues resulta que en Argentina también colocaron un control de cambio hace un tiempito. Y no, no fue algo que me traje yo de Venezuela ni soy una persona que lleva consigo la mala suerte a donde quiera que voy... Es sólo que la vida es así y a nuestros presidentes aparentemente les gusta conversar, compartir recuerdos y aplicar medidas similares. Pero bueno, permítanme continuar con el cuento y dejar el tema de la escabrosa política para otra ocasión. Resulta que publiqué que estaba vendiendo dólares en mi perfil, con un código indescifrable en caso de que alguien me fuese a denunciar: "Dólares. Buenos Aires. Inbox". Genio, ¿eh? ¿Y qué pasó? Pues primero una fotito porque esta entrada está muy hablada:
Mientras llegaba un comprador, yo hacía casitas
Pasaron varias cosas. Entre ellas, encontré un comprador entre cientos... No, no.. Miles de personas con ánimos de regatear. Pero pasó otra cosa también. Hubo varias personas que empezaron a mencionar el Deja vu, esa extraña sensación de familiaridad, de estar leyendo algo que en algún momento ya se había leído. Y fue ahí que caí en cuenta de algo... Hay un grupo de personas que ya esto lo hemos vivido y podemos ofrecer términos acerca de las maneras de enfrentarlo, encararlo y evitar problemas en el camino. Esas personas se llaman "venezolanos" y, si no eres uno de ellos, te recomiendo que acudas al que tengas más a tu disposición, ya que él seguro sabrá explicarte bien qué es el control de cambio y qué puedes esperar durante los próximos 10 o 12 años al respecto.
Los primeros días del cepo cambiario (como le dicen acá) mi oficina se abarrotó de dudas, preguntas e incertidumbres. Todo era especulaciones, todos mentando madre, todos queriendo salir del país (mencioné lo del Deja vu, ¿no?). ¿Y a quiénes acudieron algunos para aclarar los panoramas? A mí y a mi compañera Leisa, los venezolanos de guardia en ese momento. No quiere decir que relajamos sus nervios, pero bueno, al menos le dimos algunos consejos y datos de sabiduría que sólo la experiencia es capaz de ofrecer.
Los primeros días del cepo cambiario (como le dicen acá) mi oficina se abarrotó de dudas, preguntas e incertidumbres. Todo era especulaciones, todos mentando madre, todos queriendo salir del país (mencioné lo del Deja vu, ¿no?). ¿Y a quiénes acudieron algunos para aclarar los panoramas? A mí y a mi compañera Leisa, los venezolanos de guardia en ese momento. No quiere decir que relajamos sus nervios, pero bueno, al menos le dimos algunos consejos y datos de sabiduría que sólo la experiencia es capaz de ofrecer.
Hmmm... Del control cambiario, saber quieres...
Bueno, la verdad es que podría decir más. Mucho más. Pero una de las lecciones a aprender en esto del control cambiario es a no hablar demasiado. Para más información, me parece que ya saben qué hacer...
Mencioné lo del Deja vu, ¿no?
Pedro, el infiltrado